Lo del ayuntamiento de Alonsótegui (Vizcaya),
por cierto, desanexionado de Baracaldo el 1 de enero de 1991, es pá nota. En el año 2003 la alcaldía (del
PNV) promovió la creación de una sociedad municipal (“Eraikiz”) para gestionar
proyectos urbanísticos; el fracaso, a lo que parece, fue tremendo, espeluznante,
echó el cierre el 2011, dejando al Ayuntamiento un gran “agujero”, una deuda de
4 millones de euros; resultado: hay dos exalcaldes del PNV “imputados por malversación y prevaricación”,
como también un arquitecto municipal y el gerente del txiringuito.
La
noticia de hoy es complementaria; el Tribunal de Cuentas ha decidido también
tomar cartas en el asunto, ya que es el único (a diferencia de los tribunales
regionales de cuentas) que tiene competencias para determinar si se ha
producido un daño al patrimonio público, a cuyo efecto acaba de abrir un
expediente “ad hoc” y de nombrar un instructor. Veremos cómo evoluciona este
nuevo episodio oscuro (de momento lo dejamos en “oscuro”) de la gestión que el
PNV hace de las instituciones públicas, sobre todo cuando va al copo.
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