Entre la soledad del poder, las zancadillas del NaZionalismo arriscado (que lo es todo él) y la contradicción de estar donde está, y ser lo que es, gracias a su rival natural (e implacable en el conjunto de España) el Partido Popular, este chico se las pasa canutas cada mañana: ahora tiene que, por un lado, estar contento con que Eta-Batasuna-“bildu” se quede fuera de los ayuntamientos vascos, y, por otro, tiene que cuestionar a los tribunales que lo han hecho posible, a la Abogacía del Estado y a la Fiscalía General que han interpuesto los recursos, y al Gobierno de ZP que es quien ha tomado las decisiones pertinentes … ¡este pobre hombre, sin demasiada formación, sin oficio ni beneficio (salvo el maná del partido) esta permanentemente en la cuerda floja!, quizás acabe de funámbulo o trapecista por esos circos de Dios, cosa que no deja de ser un destino tranquilo para un hombre de acción (¿?), como ya ocurrió con William Frederick "Buffalo Bill" Cody.
Sea como fuere, no parece de recibo que el PNV de Urcuyo plantee un chantaje a ZP, como consecuencia de la sentencia del T.S. sobre Eta-Batasuna-“bildu”, en el sentido de que le va a retirar el apoyo parlamentario; ZP le llame acojonado, al parecer para decirle que “no pasa ná, que el T.C. tomará cartas en el asunto”, al día siguiente (este martes) el diputado peneuvista Ercoreca rebaje la tensión, el Sr. López se ponga de parte de “bildu” y les avale ante el T.C.: "López pide al Constitucional que defienda los derechos de los candidatos de Bildu" (¿un gesto de buena voluntad para ganar tiempo?), todo ello a la espera de un recurso aún no presentado y de una sentencia que, ¡esa sí!, tendrá demasiado “tufillo” político de conveniencia “sociata” del momento. Lo que ZP espera es que el T.C. permita a Eta-Batasuna-“bildu” concurrir a las elecciones, lo cual: no le podrá ser reprochado por el P.P. (ni en “Madril” ni en Vascongadas, ni contra ZP ni contra López), le aliviará sus relaciones con el PNV y demás nacionalismos periféricos (imprescindible para el año de Moncloa que le queda); y a ZP (que no tiene escrúpulos de ningún género) el resultado final le resbala: ¿qué importan cuatro años más de concejales-terroristas, o de alcaldes-terroristas?, ¿no los llevamos teniendo desde 1978?.
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