Al mediocre periodista proetarra (al que sus colegas dedican mucho espacio, vean las imágenes, de El Correo la primera y de El Mundo la segunda) que es el actual Diputao General (lean “presidente”) de la Diputación de Guipúzcoa, no es que le vayamos a descubrir nada nuevo con sus primeros “gestos” (que son más que gestos), simplemente le seguimos un poco la pista. De resultas de lo cual podemos intuir que Martinchu nos deparará grandes momentos, en principio no son dE esperar grandes iniciativas de apoyo directo a la banda criminal nacionalista vasca, aunque estamos seguros de que le molaría mucho, pero … ¡ay el Código Penal!, ¡ay la ley de Partidos!.
Así que Martinchu se limitará al oportunismo de apuntarse a los carros que le vayan pasando por delante de su despacho oficial; imagínense lo que hará el tipejo cuando haya un atentado terrorista en San Sebastián o en la provincia, máxime si hay inocentes víctimas mortales; imagínense una actuación antiterrorista de la Guardia Civil con éxito en la detención o eliminación de terroristas nacionalistas vascos; imagínense una visita del próximo Presidente del Gobierno de la Nación (¡ZP ya no está para nÁ!), o del Rey de España, a Guipuzcoa, ¡ahí le querremos ver a Martinchu!.
En todo caso, esa gente no tenía programa de gobierno para dirigir y liderar el territorio cuando se presentó a las elecciones, ni cuando, al ganarlas, se tuvo que plantear una negociación con terceros para obtener el respaldo mayoritario de las Juntas Generales, así lo denunció en las negociaciones preinvestidura el PNV (el tontorrón de Josechu Eguivar no sabía por donde salir después de propiciar la radicalización del electorado Nazi guipuchi), sigue sin tenerlo (no sabemos cómo incentivará el empleo, cómo promoverá la recuperación económica, cómo integrará Guipúzcoa en el entorno regional y nacional, etc.) y es más que probable que su única salida sea la de intentar desbordar por el radicalismo cosas que hacía en el Gobierno de Vitoria la troupe de Ivarreche, con su “plan”, su “road map”, etc. o sea, en Guipúzcoa tendremos pocas soluciones a la crisis, pero si un ensayo general de lo que nacionalismo aranista en su versión más radical desea hacer en su “etarra way to the independentzia”.
Así que Martinchu se limitará al oportunismo de apuntarse a los carros que le vayan pasando por delante de su despacho oficial; imagínense lo que hará el tipejo cuando haya un atentado terrorista en San Sebastián o en la provincia, máxime si hay inocentes víctimas mortales; imagínense una actuación antiterrorista de la Guardia Civil con éxito en la detención o eliminación de terroristas nacionalistas vascos; imagínense una visita del próximo Presidente del Gobierno de la Nación (¡ZP ya no está para nÁ!), o del Rey de España, a Guipuzcoa, ¡ahí le querremos ver a Martinchu!.
En todo caso, esa gente no tenía programa de gobierno para dirigir y liderar el territorio cuando se presentó a las elecciones, ni cuando, al ganarlas, se tuvo que plantear una negociación con terceros para obtener el respaldo mayoritario de las Juntas Generales, así lo denunció en las negociaciones preinvestidura el PNV (el tontorrón de Josechu Eguivar no sabía por donde salir después de propiciar la radicalización del electorado Nazi guipuchi), sigue sin tenerlo (no sabemos cómo incentivará el empleo, cómo promoverá la recuperación económica, cómo integrará Guipúzcoa en el entorno regional y nacional, etc.) y es más que probable que su única salida sea la de intentar desbordar por el radicalismo cosas que hacía en el Gobierno de Vitoria la troupe de Ivarreche, con su “plan”, su “road map”, etc. o sea, en Guipúzcoa tendremos pocas soluciones a la crisis, pero si un ensayo general de lo que nacionalismo aranista en su versión más radical desea hacer en su “etarra way to the independentzia”.
1 comentario:
Muchos sapos por tragar nos quedan a los que no vemos democracia en cualquier cosa que se les ocurra a todos y cada uno de los colectivos que pueda haber en un país y que incluya a los anti-esa-misma-democracia.
Coherencias progres, tan difíciles de ensamblar las unas y sus contrarias.
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