El homicidio (ni “ajusticiamiento” ni “ejecución” extrajudicial, ¡jóer!, cómo rizan el rizo algunos virtuosos del lenguaje) tumultuario y cobarde el asesino Gaddafi se ha venido a sumar a otros que hemos visto en los últimos años: Saddam Hussein, Ceaucescu … el de ahora con la particularidad que tenemos multitud de imágenes espeluznantes, no en vano no hay ya nadie, ni siquiera el más descamisado de los indigentes de un país tercermundista, que no disponga de un potente teléfono móvil de última generación con capacidad para grabar vídeos de varios minutos de duración.En estas latitudes la cosa es, afortunadamente diferente, ninguno de los allegados a los casi 1.000 asesinados por la banda criminal nacionalista vasca ha realizado, ni planteado, actos de venganza hacia los asesinos de sus próximos, esta circunstancia ha permitido a criminales como Josu “Carnicero” Ternera, o “De Juana Chaos”, pasearse por la calle con gestos de chulería mientras las víctimas tenían que seguir con la mirada baja, signo inequívoco de humillación …
Este “nuevo tiempo” que al parecer tenemos por delante, con terroristas encapuchados que nos perdonan la vida, y no renuncian a seguir manteniendo operativos sus arsenales, y no han puesto fecha ni a su disolución ni a la destrucción de sus pistolas y bombas, no queremos ni el homicidio de los criminales nacionalistas vascos, ni la humillación de varias decenas de miles de víctimas del terror averchale.
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