Pero las estadísticas son solo relativamente fiables, ya
saben aquello de que “si yo, rico, me como un pollo entero; y tú, pobre, no
comes nada … estadísticamente nos hemos comido medio pollo cada uno”.
Y esto viene a cuento por el hecho de que las baskas-baskas, ¡vamos las del partido y
adláteres!, son las vascas que menos paren, las mujeres que más paren aquí no son
de akí, una buena parte inmigrantes
de lejanas latitudes que, cuando sean legión (y van camino de ello), se
rebelarán contra el NaZismo vasco y la imposición de su ideología, empezando
por la imposición del vascuence. ¡Al tiempo!.
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