El asesino nacionalista vasco de la imagen es el vivo ejemplo de que la sociedad española es un "txollo", en cuanto el más abyecto criminal pone cara de bueno, y dice que se arrepiente (incluso sin hacerlo), le empiezan a llover los beneficios penitenciarios; el cabrón de Valentín Lasarte ya ha tenido dos periodos de vacaciones este año; ¡hala!, a disfrutar de su pareja (en la imagen, esa beldad que camina unos pasos por detrás de él) y de su hijo (en la imagen el asesino con cara de bueno lleva a su vástago en un carrito para bebés, ¿nos saldrá como el padre? ), y mientras, sus víctimas, todos muertos, descansan en el camposanto por el resto (¿?) de la vida eterna.
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