¡Qué quieren que les digamos!, salvo que esta bien de monsergas ... el emperador de Japón tenía una consideración divina, era un dios para los japoneses, hasta que perdió la II Guerra Mundial y los mocetones norteamericanos de las praderas le bajaron del pedestal.
Pero parece que hay que seguir haciéndoles reverencias como si se tratara de un semi-dios (¡viva la tradición grecolatina!), al estilo de como lo han hecho Obama y de ZP, pues bien, nuestro Mariano Rajoy rompió el protocoño, ¡joder ya era hora!.
A alguno, sin embargo, no le parece bien; por nuestra parte, le damos la enhorabuena a nuestro Presidente del Gobierno de la nación.
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