La necrofilia que padece una buena parte de la
clase política española, o sea, la vieja izquierda que perdió la guerra civil y
la nueva izquierda (la “podemita”) que quiere reiniciar esa guerra civil que
sus abuelos perdieron.
En cuanto aparece una fosa común algunos,
alborozados, se frutan las manos, esperando que se haya descubierto un nuevo
motivo de crispación política a cuenta de Franco.
Pues
bien, la fosa común de la foto (de El Correo del 9 de febrero de 2020), aunque
alguno la databa inicialmente en la guerra civil entre vascos (julio de
1936-junio de 1937), parece que realmente se remontaba a la Guerra Carlista de
1874; y ¡claro!, a esos canallas se les chafó la cosa. Mirar 146 años para atrás,
cuando Franco ni había nacido, resultaba excesivo.
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