La “doctrina Parrot”

Una de las mayores afrentas para las víctimas del terrorismo consistía en que los asesinos nacionalistas, en su mayoría multirreincidentes, de la banda criminal Eta, no sólo no cumplían íntegramente sus condenas, sino que salían libres con sólo 18 ó 20 años de cárcel, después de haber asesinado a varias personas y haber causado ingentes daños materiales (la voladura de la T-4 ha supuesto más de 5.000 millones, hablando en ptas.). Este es el caso de De Juana Chaos (el de la “dieta del cucurucho”: comer poco y f… mucho), pero no sólo de él, también de otros muchos criminales nacionalistas etarras.
Esta situación de injusticia se vino a paliar un poco en febrero de 2006, cuando el Tribunal Supremo dictaminó en el caso de Henri Parrot, un sanguinario y sádico asesino múltiple, que los beneficios penitenciarios (derivados, p.e., de aprobar las asignaturas de una carrera universitaria sin siquiera presentarse a examen) no debían aplicarse, en el caso de varias condenas, una vez refundidas todas a los 30 años de pena máxima, sino sobre cada una de ellas, con lo cual si el condenado tiene un total de 35 ó 40 años, podrá obtener mediante beneficios penitenciarios la libertad tras 23 ó 25 de prisión; pero si la suma de condenas es centenaria, por varios asesinatos, el hijo de puta cumplirá la pena máxima de 30 años.
Esta medida no logra el cumplimiento íntegro de las condenas (muchos canallas nacionalistas etarras necesitarían vivir más que Matusalén para cumplir con la sociedad), ni supone la prisión perpetua, pero se le aproxima un poquito … si un asesino de estos es detenido en la treintena, saldrá en libertad justo para ingresar en el asilo.

Pie de foto: el asesino nacionalista vasco Henri Parrot ... que no saldrá hasta el 2020 (iba a obtener la libertad en el 2011, tras cumplir sólo 20 de los 5.000 ó 6.000 años de múltiples condenas). Nos acordaremos de él por sus crímenes y ... por la doctrina jurisprudencial que lleva su nombre.