Teníamos pendiente un comentario sobre el escándalo político, sobre la indecencia que supone que el Alcalde de Bilbao, Ignacio "Iñaqui" Azcuna (el médico radiólogo durangués huido del fonendoscopio, porque no satisfacía suficientemente su ego), haya nombrado a la ex-edil de Izquierda Unida vasca (a la que los electores el 22-M dejaron fuera del Consistorio) para presidir un importante órgano municipal, por cierto, falsamente independiente: "el Tribunal Económico-Administrativo municipal de Bilbao" ... no se sabe si se trata del pago por los favores de los comunistas (¿?) vascos al PNV, si es parte de la aberrante negociación (frustrada finalmente, de la que ya les hemos hablado aquí) entre los respectivos partidos para quitar la Diputación de Álava al PP y dársela al PNV, ¡ya saben!, ¿se acuerdan?, "colocar" a tres docenas de militantes, un crédito (para no pagar) y una importante partida de subvenciones forales), o se trata de la simple "generosidad" del alcalde (pero, ¡claro! ¡qué fácil es ser generoso malversando el dinero ajeno!), para rescatar del paro a una profesional mediocre sin oficio ni beneficio, salvo el abundante dinero público que ha percibido en puestos políticos ... seguramente tras apartar de malos modos a gente más preparada de sus propias siglas.
Lo importante en este caso es comprobar la desvergüenza de ambas partes: la de quien da lo que no debe dar (Azcuna) y la quien recibe lo que tampoco debe recibir (Julita Madrazo Lavín); constatar el desprestigio de la política y de los políticos; y acreditar la necesidad de una regeneración de la vida política, que siempre se había considerado (¿pero sólo sobre el papel, como pura entelequia?) un servicio de los mejores hacia el conjunto de la sociedad, pero que en realidad es sólo un servirse los mediocres de la buena fe de la sociedad en su conjunto en su propio beneficio. Pero ¿quien le pone el cascabel a ese gato?, ¡sin son tan mediocres y tan "aprovechateguis" los unos como los otros!.
Lo importante en este caso es comprobar la desvergüenza de ambas partes: la de quien da lo que no debe dar (Azcuna) y la quien recibe lo que tampoco debe recibir (Julita Madrazo Lavín); constatar el desprestigio de la política y de los políticos; y acreditar la necesidad de una regeneración de la vida política, que siempre se había considerado (¿pero sólo sobre el papel, como pura entelequia?) un servicio de los mejores hacia el conjunto de la sociedad, pero que en realidad es sólo un servirse los mediocres de la buena fe de la sociedad en su conjunto en su propio beneficio. Pero ¿quien le pone el cascabel a ese gato?, ¡sin son tan mediocres y tan "aprovechateguis" los unos como los otros!.
En todo caso, en la txapuza NaCi que nos ocupa, ha habido unanimidad de tratamiento por la oposición municipal ... pero como el Sr. Azcuna tiene la mayoría absoluta ...
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