Pues ya lo ven, 60 polizontes autonómicos vascos, o sea, unos morroskos en su mayoría pro-PNV, en lugar de dedicarse a trabajar, han estado perdiendo el tiempo en cotillear en el atestado (el inicial y, es de suponer, sus ampliaciones posteriores) abierto para investigar los pormenores de los crímenes del asesino en serie (serie corta, afortunadamente) que nos ha salido estos días en Bilbao.
Por supuesto que tienen que abrirles expedientes y sancionarles, en este y en otros casos similares; como también a los médicos que cotillean sobre historias clínicas de pacientes que no son suyos, y tantos otros casos de empleados públicos que se saltan las normas sobre confidencialidad de archivos expedientes y registros de los ciudadanos.
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