Muy interesante el mini reportaje de El Correo del día siguiente a Reyes sobre el funcionamiento de los negocios de hostelería que constituyen el punto fuerte, el aspecto atractivo y atrayente de la ideología del PNV. No hay bachoqui sin vino peleón, no hay bachoqui sin bebercio, no hay nacionalismo sin cogorzas.
Pero el negocio ha evolucionado, el "servicio de turno de barra" de ser un honor y una forma de ganar popularidad y apoyos en el partido (muy útil para hacerse concejal), pasó a ser una servidumbre sin interés, porque las listas se hacen en realidad en la ejecutiva provincial.
Y la solución no pudo ser otra que mercantilizar la actividad, convertir la cantina del bachoqui en un negociete (seguro que para algún amiguete de alguien de esa misma ejecutiva regional), lo que no parece que tenga mucho sentido es la deriva del asunto ... ¿pelotazo de alguien que hace mutis por el foro con la pasta, y le deja el muerto al partido?, ¡que "ekorrupsion" también la tienen dentro!, y a carretadas.
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