“El
Coletas” saltó a la palestra hace pocos meses en multitud de programas
televisivos (incluidas las tertulias más “carcas” de Intereconomía), y logró
decantar a su favor los votos de los cabreados, de los antisistema, de los que
querían castigar a la derecha, de los que querían volar en mil pedazos a la
izquierda, de los que quería hacer un experimento sociológico, de los que
iban de cachondeo con su voto en unas elecciones intrascendentes en el mercado electoral
interior, de los que vieron una cara conocida en las papeletas (como en los
países de electores analfabetos, que distinguen a los elegibles con colores,
marcas o fotos …), de los que querían tocar la polaina a los demás, etc.
Pues
bien, desde el primer momento (eso sí, tras su éxito, que antes eran unos simples outsider) se ha visto que sus palabras les comprometían: su pasado de apoyos en doble vía al
chavismo, o al submundo proetarra … incluso alguna de sus ignorantes acólitos
(una periodista de un talk show
femenino cutre) perdió en directo una apuesta con Bertín Osborne, y toda su basura se puso enseguida de manifiesto.
La
última deposición (vulgo “cagada”) de “Podemos” ha sido la de la imagen: otro
ideólogo de mierda del colectivo ha vuelto a dejar clara su inclinación hacia la banda criminal nacionalista vasca, o sea, a la puta Eta.
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