La
aventura separatista de Arturín Mas empieza a tener problemas con su propia
gente, comienza la desafección de la gente con la que Arturín cuenta (¿o
contaba?); este lunes ha dimitido de la “Comissió
de Control de les Consultes Populars no Referendàries” (¿una especie de
junta electoral regional prrrropia?) el catedrático de Ciencia Política de
Universidad Autónoma de Barcelona, Joaquim Brugué.
¿Los
motivos?, la noticia de la que hemos extraído la imagen del post de hoy señala los siguientes motivos:
“Joaquim Brugué renunció a su cargo en la comisión de control de la consulta
del 9-N porque entiende que, como está planteado el referéndum, una vez que ha sido suspendido por el Constitucional no
puede celebrarse. «En el contexto en el que estamos y con los plazos que
tenemos, con la situación logística paralizada, la consulta no tendrá suficientes garantías democráticas», expresó
ayer. Brugué cree que, tras el veto por parte del tribunal, hubiera sido el momento de «parar» y «replantear» el
proceso.
Además, a juicio de Brugué, la
Generalitat ha traspasado algunas líneas rojas. Propuesto para la junta
electoral por Iniciativa, subrayó que la «democracia
exige que las instituciones que promueven un proceso como este mantengan unos
mínimos de neutralidad». «No me
gustó –dijo– que la reunión de
alcaldes en la que se pedía el derecho a votar acabara con gritos de independencia». «Acepto todas las críticas
–prosiguió–, pero no puedo avalar una
consulta que ha quedado fuera de la ley» tras la suspensión del Tribunal
Constitucional.”
Sin
embargo, no es el primer escollo interno con el que se ha encontrado Arturín: a
mediados del pasado mes de agosto, otro órgano de esos creados por los NaCis
catalanes para avalar sus tesis, en este caso el “Consell de Garanties Estatutàries de la Generalitat”, sacó la cosa
adelante por los pelos: 5 a favor y 4 en contra, con votos particulales que
parten de la base de que “la consulta
soberanista debe entenderse como un referéndum
encubierto, sobre una cuestión –la independencia de Cataluña-- que atañe al conjunto de la soberanía española.
Es una competencia exclusiva del
Gobierno central, por tanto, y sería inconstitucional
celebrarla”.
Así las cosas, solo cabe añadir que Arturín cada día
lo tiene peor, y que pronto dejará de valerle el argumento de que todas las
culpas son del Gobierno de la Nación … la gente piensa que el autor del engaño
es el propio Arturín Mas … ¡y muy en breve empezarán a demandárselo!.
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