Las filigranas de Arturín Mas suenan a coña, diríamos que a "coña catalana", y la gente empieza a estar hasta las narices; el tipo no tiene palabra, es un engañabobos y a los catalanes no creemos que les guste pasar por tontos; muchos se lo han hecho durante un rato, pero la mayoría piensan que ya basta.
A ver como evoluciona esta nueva gilipollez de Mas en los próximos días.
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