Han
pasado ya unos días, aún pocos, desde la constitución de los ayuntamientos españoles post 24-M; pero los “nuevos tiempos”, las “nuevas formas”
y las “nuevas ideas” ya se ha demostrado desde el primer día (este pasado sábado) que no lo son, son tiempos,
formas e ideas viejas, rancias, incluso nocivas.
Las
concentraciones de “podemistas” y de otras gentes de ultraizquierda a las
puertas de los ayuntamientos para hacer efectiva la revancha contra el Partido
Popular no son buenas noticias y, desde luego, no auguran un futuro mejor.
Cuando
el PP arrasó hace 4 años en las municipales de 2011 no hubo concentraciones de
ultraderechistas revanchistas contra el PSOE, que, en los estertores finales
del “Zapaterismo” dejó a España hecha unos zorros y, consecuentemente, los españoles unos meses
antes de las elecciones generales ya le abrieron la puerta de salida de los
ayuntamientos.
Aquella
victoria municipal del PP del 2011 fue muchísimo más amplia e importante que la
pseudo victoria del PSOE en el 2015, que no sólo no ha ganado (ha vuelto a
ganar el PP, pero sin mayorías absolutas), sino que en muchos lugares ha pasado
a ser tercera o cuarta fuerza política.
Pero aquella victoria municipal del PP del 2011 fue
tranquila, pacífica, sin odio frente a los predecesores, que contrasta con lo
que hemos visto este pasado sábado en muchísimos rincones de España.
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