Javier García “Chapote” e Iranchu Gallastegui “Amaya”, son dos joputas asesinos etarras convictos, y quizás confesos, que cumplen penas privativas de libertad de varios cientos de años por el asesinato cobarde y alevoso de personas como Miguel Ángel Blanco, Fernando Múgica y José Luis López de Lacalle.
Son asesinos nacionalistas vascos, son cobardes, son miserables y son … pareja; lo eran ya cuando vivían en libertad pensando como asesinar a quienes mataron y a otros muchos, entonces no se podían permitir ¿el lujo? tener hijos, pero cuando ingresaron en prisión la cosa cambió: tener hijos supone privilegios penitenciarios y supone también, desde su óptica criminal, engendrar una nueva generación de asesinos, siguiendo a estos efectos la pauta de otros, como Josu “Carnicero” Ternera y su "Carnicerito II".
Son asesinos nacionalistas vascos, son cobardes, son miserables y son … pareja; lo eran ya cuando vivían en libertad pensando como asesinar a quienes mataron y a otros muchos, entonces no se podían permitir ¿el lujo? tener hijos, pero cuando ingresaron en prisión la cosa cambió: tener hijos supone privilegios penitenciarios y supone también, desde su óptica criminal, engendrar una nueva generación de asesinos, siguiendo a estos efectos la pauta de otros, como Josu “Carnicero” Ternera y su "Carnicerito II".
Lo de la etarra añosa Elenichu Beloqui y sus deseos de engendrar y parir también están dentro en la estrategia etarra de creación de un nuevo frente de lucha: el frente del biberón.
La noticia de El Correo, sobre el asesino de Miguel Ángel Blanco decía como sigue:
"'Txapote' y su pareja cumplirán condena en la misma cárcel La etarra Irantzu Gallastegi ha pedido el traslado a Galicia de su compañero para que vea a su hija pequeña"
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