La grácil dama que simula ser el mascarón de proa de la embarcación de recreo que se ve en la imagen, por cierto, figura que practicamente ya ha desaparecido de la casi totalidad de embarcaciones que sucan los siete mares, nos reconcilia con la vida, con la alegría y el optimismo, y en justa correspondencia, prometemos disfrutar de este verano sin complejos y sin prejuicios.
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