La noticia es de este pasado jueves; la justicia, lenta pero inexorable, también allende nuestras fronteras patrias, también en Irlanda del Norte, ha determinado finalmente que el joputa etarra debe ser extraditado a España, donde deberá ser juzgado por un nuevo delito. El problema es que el joputa canalla es un joputa canalla, pero no es tonto, y se fugó hace un par de años "por si las moscas"; es de suponer que estará por ahí practicando la "dieta del cucurucho" con la concubina que le puso "la organización", así de fino de carnes se quedó el muy cabrón, mientras le echaba un pulso de pitiminí a ZP, ¡acuérdense ustedes!, pulso que, por cierto, ganó y ahí están uno y otro, y así están hoy las cosas.
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