Pero es bueno intentarlo, que siempre habrá tiempo para rectificar o para no seguir adelante en la iniciativa si, como sería de esperar en muchos casos, quienes se marcharon de Vascongadas porque la puta Eta había asesinado a un familiar, o le exigió la bolsa a cambio de la vida, o le quemaron el coche, o le amenazaban allá por donde pasara (en la empresa, en el pueblo, etc.), estas víctimas no deseen rememorar tan tristísimos recuerdos.
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