No sabemos cuando empezó a extenderse la corrupción de los políticos españoles, porque es de suponer que siempre habrá habido algún corrupto suelto por alguna parte, pero el grandísimo número de episodios de corrupción que anegan las portadas de los medios de información en estos últimos años exige explicaciones, sociológicas en primer término y políticas después.
Entre los escándalos del inicio de esta pesadilla tienen un papel estelar los hermanos de Juan Guerra, incluído "Arfonzo", ¿se acuerdan?; también llegó a ser uno de los choricos más importantes del país el que era Director General de la Guardia Civil, un tal Roldán, ¿se acuerdan?.
Quizás lo peor es que casi siempre los partidos políticos y las instituciones que controlan se han puesto al lado de su gente (más bien gentuza), hasta la agonía. Y así es fácil que la corrupción se extienda: el apoyo de los "compañeros" y la garantía de impunidad forman un cóctel explosivo.
Toda la sociedad, todas las regiones, todos los estamanentos están llenos de mierda ... hasta Urdangarín retoza en ella como un puerco más. Que un simple consejero autonómico se dedique al contrabando de tabaco (la noticia del día, ayer) no deja de ser una broma de mal gusto (demás de un delito grave), pero así se escribe la historia de las autonomías españolas en estos sus primeros años de existencia. Y aquí en Vascongadas tenemos alguna experiencia, ¿quien se podía esperar que el ínclito representante akí de I.U, el tal Madrazo, convirtiera su Consejería en un nido de corruptos?, ¡pues ocurrió!.
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