En Vascongadas, una vez más, el NaZionalismo, la política desde la óptica sabiniana y la jerarquia regional de la iglesia forman una piña, un conglomerado que más bien parece una estructura de cemento armado.
Recuerde el avispado lector; el delincuente este de la foto: Juan Ramón Ibarra, que las hizo pardas durante sus muchos años al frente de la inspección fiscal de la hacienda foral de Vizcaya, que como se sabe tiene competencias plenas en materia de recaudación de los impuestos concertados (y su volumen es equivalente al 3% del conjunto de lo que sería la hacienda pública total de España), ha sido condenado a 4 años y medio de prisión por el Tribunal Supremo. Se da la nota de que en el juico la cúpula de la Hacienda Foral Vizcaína "miró para otro lado", aunque la institución no sólo ha podido sufrir un gran quebranto económico, sino que tambien ha perdido la poca credibilidad que tenía, ni suquiera se personó en el juicio como acusación particular, y los testimonio de sus mandatarios (empezando por el Virrey de Vizcaya, Pepelui Bilbao) se dirigió a exculpar al delincuente.
Pues bien, llegados al punto de que la sentencia es firme, y el individuo debería entrar en prisión sin más que rechistar … la maquinaria nacionalista se pone en marcha; y ahora le toca el turno a la sección de “meapilas” NaCis del Obispado provincial. No sabemos en qué quedará la cosa, pero, hoy más que nunca cabría decir aquello de Federico Trillo: “¡Manda güevos!”.
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