Ayer hizo 15 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco, del inicio de su tortura, del comienzo de la agonía de una muerte anunciada, delun asesinato cobarde, cruel e inmisericorde de un chaval joven a manos de un criminal nacionalista vasco.
Ayer, 15 años después, otro nacionalista vasco radical, ahora sin pistola, miembro de un partido próximo a los criminales, portavoz de Amaiur, se negó a condenar el asesinato ... los jueces de los altos tribunales y de los órganos del poder judicial, todos contaminados por la cuota política (o sea, del "zapaterismo" reptante), dirán que esto no es relevante, que omitir la condena de crímenes execrables no es motivo para nada, ni de ilegalización, ni de dejarle sin merienda a este cabrón ...
La partitocracia nos ahoga, ¿para cuando un ERE en la "clase política"?.
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