Y empezamos a tener claro que no se producirá el cese de Toña, a pesar de su condena de inhabilitación judicial y de tomarle el pelo al presidente regional autonómico vasco.
El cobardica Urcuyo no se atreve a tomar la decisión y delega en la llamada “Comisión de Ética Pública” (¡manda güebos!, que sea ese engendro quien decida la composición del gobierno regional vasco, cosa que hasta ahora era de la competencia exclusiva de su presidente).
Pues bien, la tal pomposamente denominada comisioncita se compone, al parecer, de 4 miembros: un consejero (Ercoreca) y un viceconsejero (Cearreta) y dos personas ajenas al ejecutivo de Vitoria, uno filósofo (Innerarity) y una ex-magistrada del T.C. (Pérez). Esta gente ha intervenido en 26 ocasiones y el resultado es que ¡sólo en una! ha considerado que el interfecto incumplía el “código ético de la Sta. Pepis” de los NaCionalistas vascos, así que parece que la suerte esta echada … Toña seguirá en el gobierno regional vasco de Urcuyo, para vergüenza de todos los ciudadanos, que no es fácil que comprendan el apaño de que un individuo inhabilitado judicialmente para sus asuntos profesionales (por sus graves y reiterados incumplimientos de la ley), pueda estar al frente de una Consejería directamente relacionada con los mismos asuntos y funciones.
¡Esto es de coña!, Toña (y Urcuyo).
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