En el área de blogs del diario ABC encontramos hace un par de días un interesante comentario en el que Anna Grau dice lo siguiente:
"Es verdad que si eres de Podemos, mucha gente está esperando a verte
doblar la esquina con el tumbao que tienen los guapos al caminar…y con el carrito del helado. Que no te
van a dejar pasar ni una, ni 400.000, no digamos un millón y medio…Es verdad
que la presión sobre estos pobres chicos deben ser mucha…Pero oye, según como
lo mires, también tiene su aquel que les salgan tantas cositas nada más
empezar. Cuando todavía no han ni
salido del kindergarten político. Hasta al PSOE y al PP les costó un
poquito más, les ha llevado décadas, llenarse de gente que iba a la política a
forrarse y/o a liarla.
Vamos a olvidarnos un minuto del
caso Monedero y centrémonos
en otra anécdota aparentemente mucho menos importante. Me la cuenta Beatriz Talegón, la que fue joven
revelación de la Internacional Juvenil Socialista con aquel célebre discurso en
Cascais contra los supuestos salvadores de la socialdemocracia desde el cochazo
oficial y el hotel de lujo. Desde aquel momento de gloria Beatriz Talegón ha
encajado no pocas críticas (de servidora, sin ir más lejos) por cierta
apariencia de facilonería y de frivolidad y hasta de dar bandazos. Por ejemplo
plantarse en una manifa de Podemos, como si estos no fueran ahora mismo la peor
pesadilla de su partido.
Hay que decir que Beatriz tiene una persistente sonrisa desarmante y una notoria capacidad de no
perder la calma en lo peor del campo enemigo. Se defiende bien porque de algún
modo se las arregla para creer en lo que dice y lo que hace. Tú estarás de
acuerdo o no, pero ella tiene su idea y hasta su fe. Por ejemplo en lo de salir
a campo abierto a rozarse con los de Podemos. “¿Tú sabes la de votos que nos
han quitado?”, reflexiona.
Y a la vez lo tiene claro: “esta
gente es chunga“.
Para muestra, un botón. Fue Beatriz a que la entrevistaran a La Tuerka. Y allí se encontró con que
le demandaban, que digo demandarle, con que le exigían, algo que en
ninguna otra tele pública ni privada de este país, ni siquiera en la de
la Conferencia Episcopal, se habían atrevido jamás a proponer: que se
pusiera un imperdible para cerrar el escote y que se cubriera los brazos sin
mangas.
Hay que decir, por si alguien no lo había notado, que Beatriz no viste
más extremada que cualquier chica española de su edad. Ciertamente tiene más
curvas que otras, habrá quien la encuentre más sugerente y se ponga más
nervioso. Pero vamos, nada que ver con el modelito de Marilyn Monroe cuando le cantó a Pablo Iglesias, digo, a Kennedy,
su Happy Birthday.
“Tía, pues aquí te tienes que tapar porque nos lo exige el
patrocinador, que es la tele de Irán“, le soltaron así por las buenas. Ella, atónita, se negó.
Insisto: tan políticamente jóvenes, estos de Podemos, ¿y ya tan metidos en contradicción, por decirlo amablemente, ¿hasta el cuello? ¿El cielo se tomaba por asalto...o por atraco?".
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