El
enchufismo, el amiguismo y la desvergüenza a la hora de conceder puestos de
trabajo en la administración pública es una práctica común en el País Vasco
(seguramente también en otras regiones de España), los beneficiarios son
siempre los del PNV y la gente lo tiene interiorizado, y se resigna, y se
encabrona, y calla …
Pero
en esta ocasión la desvergüenza ha sido máxima; por la figura del beneficiado,
por el incumplimiento radical de las formas y por la contumacia en el
despropósito (hasta recurrieron la primera sentencia a pesar de que todos los
juristas, hasta los del partido, desaconsejaron hacerlo),
Hay quien dice que la chapuza (o txaputza)
puede que le cueste el puesto al amiguete del exconsejero, al a la fecha
gerente del hospital en que se ha producido el desvarío … ¡Al tiempo!.
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