De
Siria huyen hacia Europa (sobre todo a Alemania) quienes no desean luchar en la
guerra que asola a su país, les da miedo el dictador Bashar al-Asad y le da
miedo el llamado “estado islámico”.
Los
que huyen son en gran medida hombres jóvenes que podrían perfectamente hacer
frente a sus enemigos, ¡pero no!, como se ha oído en días pasados, quieren el
bienestar de Europa, que Europa les de cobijo, les alimente, les de sanidad,
educación y futuro, y dicen que sólo volverían a Siria si antes alguien (¿los
americanos?) se cargan a los dictadores y terroristas, ¡joder qué estupendo!:
ellos huyen como conejos y se meten entre nuestras piernas y nosotros tenemos que
ir a Siria a liquidar a sus enemigos, ¿se puede ser más cobarde y más canalla?.
Prueba de que estos exiliados pueden luchar es ver como se enfrentan a
la policía en Europa cuando les quieren parar los pies (la imagen la tomamos
prestada de la portada de El Correo del pasado 17 de septiembre).
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