Lo
que es la vida; los etarras en apuros llaman a la Guardia Civil pidiendo
auxilio, y la Guardia Civil va … ¡y les auxilia!.
Pero,
¡desconfíe, inteligente lector!.
Recordamos
con pesar un pasaje de la presentación en Bilbao del libro “Patriotas de la
muerte”, del catedrático Fernando Reinares, en la que el autor nos relató a los
presentes, con todo lujo de detalles (que trascendía incluso a la dicción literal
del libro) como un etarra que había secuestrado a un empresario vasco y con el
que tuvo una relación personal durante 24 días, en los que hablaron de todo,
llegaron a empatizar e incluso hicieron planes para verse después de que fuera
liberado en el marco de una incipiente amistad … pues bien, el asesino etarra
no titubeó ni un instante cuando recibió la orden de asesinar al secuestrado, y
lo hizo, y no tuvo después ningún tipo de remordimiento, como relató con total
frialdad cuando el autor del libro se entrevistó largamente con él durante el cumplimiento
de su condena.
Otra. Un conocido militante de Eta-Batasuna, el
exportero internacional de la Selección Nacional (“nacional” de España, of
course!) de fútbol, un tal Iríbar, valiente él, como él solo, cuando lo del
23-F tomó las de Villadiego, se echó a la mar océana, para huir (¿al sur de
Francia?, ¡qué casualidad!), con tan mala fortuna que la embarcación quedó a la
deriva, teniendo que ser rescatado el valiente filoetarra por la Guardia Civil.
¿Cree el amable lector que cambió la actitud del valiente Iríbar hacia la
Guardia Civil?.
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