Como
era de esperar y, por otra parte, el PP lo venía manifestando entre líneas, finalmente
han despedido a su gerente en Vizcaya; parece que las irregularidades son manifiestas
y están plenamente documentadas y probadas, tanto que hasta justifican una
querella por tres delitos graves y continuados durante muchos años.
Y
parece ser que el contable seguirá el mismo camino en las próximas fechas, como
coautor de los mismos hechos o como cooperador necesario, sin cuyo concurso no
habrían sido posibles las reiteradas irregularidades y el expolio de cientos de
miles de euros del partido durante los últimos muchos años.
Pero
la cosa no puede quedar ahí, es imprescindible que el PP aplique lo que se ha
venido conociendo como la “doctrina Esperanza Aguirre”; en el PP vizcaíno hay
varios responsables “in eligendo”, “in confirmando” e “in vigilando”; al menos todos
los presidentes y secretarios provinciales del PP de Vizcaya que, como mínimo,
han mirado hacia otro lado durante décadas deberían dimitir de inmediato de sus
cargos internos y también de sus responsabilidades políticas, a las que han
llegado y en las que se han mantenido gracias al hoy despedido y pronto
querellado, y sobre todo, gracias a sus trapicheos de todo tipo.
Particularmente
debe dimitir inmediatamente el actual (y esperemos que por poco tiempo) presidente
provincial que se permitió la chulería y la grosería de decir al Presidente Rajoy
ante las cámaras de televisión el pasado 20 de febrero eso de que estaba “hasta los cojones de la corrupción”,
cuando la tenía en el despacho de al lado, y la permitía e incluso la amparaba
y la potenciaba; ¿cómo el individuo va a exigir a otros responsabilidades
políticas si no depura la suya propia?, y no es capaz de dejar un cargo para el
que a todas luces no sirve y le viene grande, ¿cómo tuvo la desvergüenza de
rasgarse públicamente las vestiduras?, solo lo explicaría la idea de la “huida
hacia adelante”.
Sin
embargo, la responsabilidad es más amplia y debería dimitir la Junta Directiva
Provincial en bloque, para dar paso a que se nombre una gestora que limpie el
partido a fondo antes del próximo congreso provincial.
Tampoco es desdeñable la conveniencia de que se vayan,
o les cesen, o les echen, a todos los que han tenido algún contacto con el
gerente despedido “por corrupción”, no vaya a ser que el individuo ponga en marcha
el ventilador de la mierda y se convierta en un clon de otro tiparraco que
hiede, o sea, que se convierta en el “bárcenas” vizcaíno.
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