La Fundación para la Libertad organizó un acto cultural en Bilbao "the day after" (really four days after) para que cuatro afamadas periodistas del firmamento patrio analizaran los resultados de las Elecciones Municipales del 27 de mayo de 2007. Disertaron Ángeles Escrivá, Tonia Etxarri y Charo Zarzalejos (la ordenación es alfabética), moderadas (que no hizo mucha falta) por Chelo Aparicio (por cierto, algún comisario político nacionalista diría que había demasiadas "ch" y pocas "tx").
La mesa redonda estuvo francamente bien: intervenciones de altura, análisis rigurosos y la posibilidad de tener en vivo y en directo a profesionales del periodismo a quienes leemos a diario, escuchamos a veces en alguna tertulia y, de vez en cuando, salen y les vemos en las teles (excepto en la "i, ti, bi").
El acto estuvo enmarcado en el "Seminario de Debate Político Loyola de Palacio", recientemente creado dentro de la Fundación para la Libertad para perpetuar la memoria de Loyola, que formó parte del Patronato de la Fundación desde su constitución hasta que nos dejó para siempre.
Los asistentes pudimos hacer preguntas a las ponentes; tuve ocasión de hacer la primera. Lo de menos fue la pregunta, porque aproveché para agradecer a la Fundación la creación en su seno del "Seminario", y para poner de manifiesto la altísima calidad humana de Loyola, su gran capacidad de trabajo, su brillante carrera política y el hecho de que, en el País Vasco, con su fallecimiento hemos perdido la posibilidad de tener una gran Lehendakari, dije también que su partido (en lo que respecta a su organización regional vasca) no había tratado a Loyola como se merecía cuando se ofreció para las elecciones autonómicas de 2005.
Otros dos asistentes que preguntaron después aprovecharon también la ocasión para realizar un recuerdo cálido de la gran persona que fue Loyola y poner de manifiesto el acierto de la Fundación.
Entre los presentes estaba Urquiola, hermana de Loyola, extremo que (yo creo) desconocíamos los presentes. Urquiola agradeció las intervenciones sobre su hermana. Tras el acto, en un vino español que se sirvió tuve la oportunidad de que Ana E. me presentara a Urquiola.
Conocí a Loyola en marzo de 1977 y charlé con ella por última vez en Portugalete, durante la campaña electoral autonómica de 2005. Me avisaron en agosto de 2006 de su ingreso en el Hospital de Galdákao cuando se sintió indispuesta mientras hacía deporte en el mar, cerca de su casa familiar "Urrijate" en Larruscain, barrio de Marquina. Le tenía un afecto inmenso; como pequeño homenaje personal me permito el atrevimiento de instalar entre mis blogs favoritos un enlace al suyo.
La mesa redonda estuvo francamente bien: intervenciones de altura, análisis rigurosos y la posibilidad de tener en vivo y en directo a profesionales del periodismo a quienes leemos a diario, escuchamos a veces en alguna tertulia y, de vez en cuando, salen y les vemos en las teles (excepto en la "i, ti, bi").
El acto estuvo enmarcado en el "Seminario de Debate Político Loyola de Palacio", recientemente creado dentro de la Fundación para la Libertad para perpetuar la memoria de Loyola, que formó parte del Patronato de la Fundación desde su constitución hasta que nos dejó para siempre.
Los asistentes pudimos hacer preguntas a las ponentes; tuve ocasión de hacer la primera. Lo de menos fue la pregunta, porque aproveché para agradecer a la Fundación la creación en su seno del "Seminario", y para poner de manifiesto la altísima calidad humana de Loyola, su gran capacidad de trabajo, su brillante carrera política y el hecho de que, en el País Vasco, con su fallecimiento hemos perdido la posibilidad de tener una gran Lehendakari, dije también que su partido (en lo que respecta a su organización regional vasca) no había tratado a Loyola como se merecía cuando se ofreció para las elecciones autonómicas de 2005.
Otros dos asistentes que preguntaron después aprovecharon también la ocasión para realizar un recuerdo cálido de la gran persona que fue Loyola y poner de manifiesto el acierto de la Fundación.
Entre los presentes estaba Urquiola, hermana de Loyola, extremo que (yo creo) desconocíamos los presentes. Urquiola agradeció las intervenciones sobre su hermana. Tras el acto, en un vino español que se sirvió tuve la oportunidad de que Ana E. me presentara a Urquiola.
Conocí a Loyola en marzo de 1977 y charlé con ella por última vez en Portugalete, durante la campaña electoral autonómica de 2005. Me avisaron en agosto de 2006 de su ingreso en el Hospital de Galdákao cuando se sintió indispuesta mientras hacía deporte en el mar, cerca de su casa familiar "Urrijate" en Larruscain, barrio de Marquina. Le tenía un afecto inmenso; como pequeño homenaje personal me permito el atrevimiento de instalar entre mis blogs favoritos un enlace al suyo.
P.S.: En otro momento publicaré en este blog alguna carta mía de apoyo a su candidatura a Lehendakari.
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