Ana Iribar, heroína vasca del mes

Las mujeres siempre han demostrado en el sector constitucionalista vasco que tienen más valor que los hombres, de toda la vida. Las candidaturas del P.P. vasco en las primeras elecciones autonómicas tenían más del 50% de presencia femenina, sin necesidad de leyes de cuota.
Loyola de Palacio, Rosa Díez, Regina Otaola, Maite Pagazaurtundúa, Pilar Ruiz, Pilar Elías y tantas otras, son una muestra clara y palpable de esta especificidad política vasca.

Este pasado sábado se celebró en el Parlamento regional de Vitoria un acto institucional, la colocación de una placa en recuerdo y homenaje al parlamentario y portavoz vasco del P. P. Gregorio Ordóñez, aunque (todo hay que decirlo) con 13 años largos de retraso.

El miserable de Ivarreche (o Ibarretxe), como siempre, dio la espantada, es el puto amo de las puertas de atrás: lo hizo en el funeral por Fernando Buesa, así accedió a su charla en Stanford ... es un cagueta naCi de tomo y lomo, y una vez más prefirió no estar presente en el acto institucional; el Parlamento autonómico sólo le interesa como caja de resonancia para sus "numeritos" ... pero cuando hay que escuchar (hasta lo que no gusta) y dar la cara, lo que hace es poner el culo, es decir, se da la vuelta y se va, sólo dejar ver su parte trasera.

Ana Iríbar, la viuda de Gregorio Ordóñez, indignada, pero con toda la entereza y solemnidad que la ocasión requería (ver la foto), el sábado le mandó un "recadito" a través de la presidenta del parlamento regional, le dijo lo siguiente: (Tomado de El Correo de 06-04-08)

"Desde aquí presidenta quiero que traslade al lehendakari vasco mi más sincero desprecio por su deslealtad, por su hipocresía y por la cobardía con la que actúa en contra de la memoria misma de Gregorio Ordóñez, en contra de los principios democráticos que son los míos y los de miles de ciudadanos, en contra de las razones por las que Gregorio fue asesinado".

A modo de colofón sólo podemos añadir que, en ocasiones (como es el caso), detrás de una gran mujer puede haber un gran hombre. Ana Iribar tuvo a su lado a un tío genial, Gregorio Ordóñez, hasta que la banda criminal naZionalista le asesinó en el bar "La Cepa", de la parte Vieja de San Sebastián, en el mes de enero de hace trece años.