Iñaqui Azcuna (o “iñaki azkuna”) con trampas de putilla barata en lo de las banderas

Lo de colocar las banderas en el tejado del Ayuntamiento hace cuatro días, era algo bastante tonto, y de tan tonto que era, podía tener gato nacionalista encerrado; y así ha sido. Aunque ya habíamos apuntado algo en nuestro anterior post.
Había varias cosas que no estaban claras en lo que debía ser una ejecución de sentencia desde el punto de vista de la buena fe que las partes se deben en el proceso judicial; de entrada Azcuna sólo había colocado dos enseñas: la Bandera Nacional y la que se inventó Sabino Arana, parecía que renunciaba a la de Bilbao (o quizás a la de Vizcaya, o a la Europea), dependiendo de qué le resultaba al alcalde menos emotivo: nuestro Bilbao, la foralidad o quizás algún lejano sentimiento europeísta; y que lo hacía para minimizar en clave nacionalista la presencia de la Bandera de España (procuran no poner número impar de banderas para que la de España no esté en medio).
También nos pareció chapucero poner las banderas que puso en la madrugada del jueves en lugar distinto a su sitio natural, esto es, la balconada principal del edificio.
Pero la “jugadita del chepi” o la mamarrachada de putilla barata la tenía pensada desde hace tiempo este alcalde sin talla: poner en la calle la bandera de Bilbao alineada con la fachada del Ayuntamiento (y con las dos del tejado), en un mástil de 20 metros y con un tamaño 12 más grande que la de España y la de “aranagoiri”, o si lo prefieren, seis veces más grande que las otras dos juntas, ¿será por aquello de que "Bilbao, es mucho Bilbao"?.
“Pensada desde hace tiempo”, decímos, sí claro, no se improvisan ni un mástil de 20 metros que se instala de un día para otro, ni una bandera de Bilbao descomunal de 7 x 5 metros (35 m2 de superficie), para menospreciar a las dos del tejado, para que no se vean con sus ridículas medidas: 2 X 1,5 metros (3 m2 de superficie): Azcuna … se te ha visto el plumero.

Estamos en presencia de una ejecución irregular de la sentencia que ha obligado al Ayuntamiento de Bilbao a cumplir la llamada "ley de banderas". Sugerimos a la parte demandante que denuncie la irregularidad ante el Juzgado para que Azcuna no se ría ni de la justicia, ni de la ley, ni de los ciudadanos de Bilbao.