El "poder curativo del vascuence" frente a la tentación curativa del U.S. dollar ...$$$

Me colé este martes en el Palacio Euskalduna, en la fiesta nacionalista de exaltación del 25 aniversario de la ley de creación del servicio autonómico de salud.
Llegué tarde a propósito (para ahorrarme la parte alícuota de la propaganda), pero no me marché pronto: el mega luxurious lunch con pintxos de diseño requería toda la dedicación que no le quise prestar a la primera parte del acto.
Todo el pelotilleo naCi lo fue por partida doble: agasajos a los Directores Generales de la cosa, e idem a los Consejeros de lo mismo. Emocionadas palabras de recuerdo, en estereofonía, a uno de los que hacía doblete … pero que no pudo asistir por problemas de salud: el hoy alcalde Bilbao, Ignacio “Iñaqui” Azcuna, fue citado varias veces, pero nadie dijo que le acaban de operar en un hospital norteamericano, en Nueva York.
Poner sobre el tapete que al ex-director general del servicio vasco de salud y también ex–consejero de sanidad, cuando necesita de la sanidad … se va a Estados Unidos, habría sido considerado una provocación, un insulto, un atentado contra la autonomía vasca. En lugar de lo que es: una realidad incontrovertible, porque la sanidad pública vasca camina hacía la vulgaridad más absoluta: médicos de caserío, que adquieren la plaza porque chapurrean el vascuence, aunque no sepan inglés, que se han formado “aquí” porque son incapaces de competir fuera del terruño … y ¿qué pasa?, pues que cuando el Lejendaccary necesita ser operado (Ardanza), se lo hacen médicos andaluces, sin perfil lingüistico, y que incluso cecean, pero ¡joder!, ¡saben medicina!. Y cuando el alcalde de Bilbao (y ex-retodo de la sanidad NaZionalista) necesita ser operado … se va a Estados Unidos.

El “poder curativo del vascuence”, tan primado en las oposiciones sanitarias, es un engaño NaZionalista más, como ha quedado acreditado en una ocasión como la dicha, donde estén los dolares U.S.A. que se quite el talo y el moroquil.