Las torpezas de unos políticos y las manipulaciones de otros, sumadas a la falta de valor de quienes pueden poner claridad en los asuntos, y no lo hacen, llevan a situaciones de hecho que nos lo ponen a los ciudadanos muy difícil.
La parida de las "balanzas fiscales" autonómicas es de las que hacen historia: las "comunidades" o las regiones no son contribuyentes: no pagan el I.R.P.F., ni el de sociedades, ni tasas por el consumo de tabaco o de bebidas alcohólicas, ¡miente quien diga lo contrario!; somos los ciudadanos los que pagamos los impuestos, y pagan más los que más ganan (I.R.P.F.) o quienes más consumen los productos gravados; y, por otro lado, el reparto de las partidas de inversión y de gasto de los presupuestos se hace en función de las necesidades que se deben atender desde las administraciones públicas.
"Cosificar" a las personas y "humanizar o personificar" las cosas (¡eso son las administraciones públicas!) son prácticas aberrantes que no conducen a nada bueno, en lo que ahora nos ocupa, a falsificar una realidad de contenido económico y ribetes políticos para facilitar las cosas a los NaCis insolidarios que, cuando toca apretarse el cinturón, buscan la salida fácil de irse (pretenderlo al menos) por la puerta de atrás, después de atracar a los que menos tienen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario