Parece que, a pesar de que es tiempo de que nos pleguemos incondicionalmente al gran principio político, económico y casi jurídico enunciado por D. Pero Grullo: "¡Hay que quitar todo lo que no se puede pagar!", muchos siguen sin saber hacer las cuentas, parece que algunos no saben ni sumar con los dedos.
Y como mucho, los más listos suelen decir aquello de que sí, pero que si hay que hacer recortes ... que se los hagan a los demás.
Sin embargo es casi unánime el clamor en España contra las "embajaditas" de la Sta. Pepis, de todas las autonomías regionales, sin excepción; que, para mayor desgracia, en muchos casos son para "colocar" a amiguetes, incluso a familiares directos, como hizo Pepeluí Caroz-Robirra con su hermano, al que convirtió en "embajadorcito" de su región en Paris, que ¡manda güevos!.
Si tienen que recortar gastos, ¡y claro que tienen que recortar gastos!, que empiecen por ahí.
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