Lo decía Luis Rojas
Marcos en el número de XLSemanal del 11 de este mismo mes de enero, “es de mala educación quejarse
…”, en Estados Unidos lo tienen muy claro, y allí no lo hace nadie.
Aquí, por contra, en España,
lo que “mola” es quejarse de todo y de todos, en especial de las instituciones,
y pedir sin rubor y sin medida, que “que me den”, “que me subvencionen”,“que me desgraven”, “que me paguen”, “que
me subsidien”, “que me lo dejen gratis total”; este país nuestro se ha convertido en un país de
quejicas y de pedigüeños, donde el miserabilismo reina como ideología, por
cierto, implantada de una forma radical por el izquierdismo paleto (PSOE, PC y adláteres) que cree que
el erario público es un manantial sin fin, que el dinero público no es de nadie
(con la consecuencia de “o sea, pá mi”) y que se puede exigir todo sin nunca haber dado nada antes, ni aportado ningún esfuerzo al caudal común: muchos españoles
(y la mayoría de los inmigrantes irregulares) creen que tienen derecho a una
pensión vitalicia sin haber cotizado ni contribuido, a una vivienda social, a
todos los servicios que presta la administración, etc., es decir, somos la antítesis de los ciudadanos de Estados Unidos ... ¡y así nos va!.
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