Aquí hemos sido siempre muy críticos con la patraña politizada de la Auxiliar de Enfermería "torpérrima" que se autocontagió de ébola; su actitud más digna hubiera sido la de admitir que el único error fue el suyo, pedir perdón a la gente a la que puso en riesgo, y agradecer al Consejero de Sanidad de Madrid que pusiera a su disposición todos los medios necesarios para su curación (que fueron ingentes y nos costaron millones), como así afortunadamente ocurrió.
Las mentiras de la Sra. Romero y su troupe de “aprovechateguis” (empezando por el inane Limón, su pareja, o novio, o lo que sea) quedaron pronto de manifiesto: mintió a su doctora, mintió a las peluqueras a cuyo establecimiento acudió (ya con fiebre) a depilarse, etc. etc.
El Colegio de Médicos de Madrid ya le ha apercibido de que, si sigue vejando a la doctora de Atención Primaria (“me recetó paracetamol para curar el ébola”), le caerá una querella …
Y quien ya ha puesto en manos de la justicia el irregular comportamiento de la Romero son las dos peluqueras a las que puso en riesgo su vida y pudo arruinar su negocio (más de dos meses cerrado y con el estigma de ser la peluquería de la del ébola).
Veremos como avanza la cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario