El Sr. Fernández y el lendacary Ivarreche (o viceversa)

Cuando el lendacary Juanillete Ivarreche, recién designado, era aún un simple aldeano poco viajado (ahora hasta va a Palo Alto, previo paso por taquilla), conservaba en estado puro (ahora lo falsea un poco) su ser huraño, su carácter cerrado y desconfiado, su carencia de amigos, como le recuerdan quienes le conocieron en la Facultad de Económicas de Sarrico: siempre inexpresivo, siempre maleducado y siempre disfrazado de aberchale, vistiendo el “caicu”.
Pues bien, en sus comienzos de lendacary alguien le preguntó si era racista, a lo que Ivarreche respondió diciendo que cómo iba a ser racista si solía andar en bici con un tal Fernández …
El tal Fernández se convirtió en la “prueba del nueve” del no racismo de Ivarreche, “lejendaccary santua”; ignoramos si el coéquipier de Ivarreche en la afoto es el amigo Fernández, pero no nos viene mal para ilustrar la anécdota y evitar que el “susecido” se vaya por los sumideros de la memoria.