El Tribunal Constitucional "cepilla" (expresión peneuvítica) el nuevo Estatuto catalán

El diario La Vanguardia Española (ya sin “española”) de Barcelona, parece que “está al loro” en las cosas relacionadas con su región; nos contaba en la edición de ayer cosas interesantes relativas al estado de trámite de la revisión de constitucionalidad del nuevo estatuto de autonomía.
Y nos daba cuenta de dos filtraciones:
- 1ª: que el Tribunal Constitucional acepta que Cataluña se defina indirectamente como nación (este asunto fue retocado y rebajado en el trámite parlamentario), porque (y esto es fundamental) tal mención carece de efectos jurídicos al aparecer en el preámbulo (“El Parlament de Catalunya, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Catalunya, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Catalunya como nación. La Constitución Española, en su artículo segundo, reconoce la realidad nacional de Catalunya como nacionalidad”).
- 2ª: el T.C. rechaza la “bilateralidad” en las relaciones entre el Estado y la C.A. de Cataluña, es decir, no admite que España, que la Nación, y una de sus regiones, Cataluña, sean dos realidades iguales que se pueden relacionar en términos de igualdad y de soberanía.
Si estas filtraciones se confirman, supondrán un éxito (aunque no por goleada) de las tesis del Partido Popular y del Defensor del Pueblo, que recurrieron ante el Tribunal Constitucional el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña.
De lo que aún no hay constancia es de lo que representarán estos dos importantes “recortes” en materia de principios, en la redacción de cada uno de los artículos de la parte normativa del Estatuto, esto es, en el nuevo reparto de competencias, en la financiación y en las relaciones entre las instituciones concernidas.
La noticia es, en principio, muy positiva, sin embargo es malo que en estos asuntos haya noticias; las filtraciones en estos casos son siempre interesadas y suelen tener como finalidad servir de cornetín de llamada para la reagrupación de fuerzas (en este caso nacionalistas) para presionar al Alto Tribunal, ¡que ya nos conocemos la historia!.