En alguna otra ocasión ya hemos hablado de una suerte de justicia divina de longa manu, pues bien, ayer pasó a mejor vida uno de los más famosos (¡su detención fue un poema de sobreactuación!, seguro que la recuerdan) y más sanguinarios.
La única pena que nos causa su prematuro fallecimiento es que nos habría gustado verle cumplir muchos años de cárcel en las prisiones españolas.
1 comentario:
De vez en cuando también tiene que haber alguna noticia buena.
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