El pasado miércoles se produjo un hecho histórico en la lucha contra el terrorismo nacionalista vasco, esta vez en sede judicial. Concluyó, y quedó visto para sentencia, un macrojuicio contra la cúpula de Eta-Batasuna, iniciado hace más de siete años en la Audiencia Nacional, en el que estaban implicados 35 dirigentes (algunos muy conocidos) de Batasuna, EHAK y ANV para los que se pedían penas de hasta 10 años de cárcel.
Pues bien, la Fiscalía y los abogados de las acusaciones personadas (AVT y “Dignidad y Justicia”) consiguieron que los 35 proetarras hicieran cosas hasta ahora inauditas, que suponen algo hasta ahora nunca visto en ese submundo: colaborar con la justicia (¡española! para mas señas), porque:
· admitieron el delito de “integración en organización terrorista”,
· renunciaron por escrito al uso de la violencia y se mostraron partidarios (incluso con ese gesto) a la reparación de las víctimas del terrorismo por el daño y sufrimiento que se les ha causado,
· y como consecuencia (y previa negociación) lograron reducir sus condenas (a fijar en sentencia) entre 18 y 24 meses de prisión.
Las negociaciones con la Fiscalía son algo muy habitual en todos los procesos penales: a cambio de reconocer el delito son condenados a penas inferiores a la inicialmente pedida por el Ministerio Fiscal; pero jamás había ocurrido antes en el ámbito de terrorismo nacionalista vasco, los terroristas (tanto los que mataban como los que sin tocar un arma practicaban también el terrorismo más abyecto) ni colaboraban con la justica ni se “rebajaban” a llegar a pactos ni a obtener beneficios penitenciarios … ahora parece que la cosa empieza a cambiar.
El “colectivo” de criminales etarras encarcelados hasta ahora negaba a sus delincuentes la posibilidad de vías judiciales individuales, sólo le interesaba la vía colectiva, y única, de la amnistía (una amnistía imposible política y constitucionalmente), con la excepción de que desde el 28-XII-2013 aceptaba la legalidad “española” para el acercamiento y libertad de criminales enfermos graves.
Todo esto es un breve resumen de las dos páginas que El Correo dedicaba al asunto el jueves de la semana pasada, bajo los dos titulares que les ponemos arriba.
En el segundo titular se pone especialmente de manifiesto el cambio de rumbo; si el primero pudiera parecer un ardid de los “políticos” de la banda para evitar entrar en prisión, el segundo titular es el que pone a los etarras que cumplen penas privativas de libertad ante el dilema: ya están dentro (en la trena), pero pueden anticipar su salida en muchos casos mediante la simple aplicación de la legislación vigente, a la que les impele la cúpula de Eta-Batasuna de hoy, que opera bajo la sigla “Sortu”.
Ahora bien, los terroristas penados no parece que estén en la unanimidad de hacer caso a Eta-Batasuna-Sortu, así que el cantamañanas del jefe de EA (y parlamentario de Eta-Batasuna-EH Bildu), un tal Urízar, en entrevista que publicó ayer lunes El Correo (el titular lo ponemos junto aquí abajo), previsiblemente concedida el viernes o sábado pasado, alerta sobre que habrá presos que apuesten por la nueva política y otros que se queden en la vieja política (¿les suena la charanga?).
Esta cuestión a la gente normal nos la trae floja, pero sí hay un dato relevante en el hecho de que un politicastro de medio pelo pretenda cuestionar a los asesinos de las pistolas: ¡que los de las pistolas ya no son nada, ni nadie les teme ya!, antes mandaban incondicionalmente los de las pistolas, ahora parece que ni un poquito, así que el Urízar se puede permitir el lujazo de tirarles de las orejas (hace poco se habría mordido la lengua porque la vida le podría ir en ello).
Pero el sainete no ha hecho más que comenzar, porque ayer en la edición electrónica de El Correo (a esta hora no sabemos si habrá reflejo de la noticia en la edición impresa de hoy), los asesinos etarras encarcelados dicen que “les han dejado tirados”. ¿Habrá ajustes de cuentas entre unos y otros, cosa típica de mafiosos?, ¡que es lo que son unos y otros!.
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