No tenemos nada novedoso que decir, salvo quizás, que la elección de Presidente entre McCain y Obama no tiene nada que ver con las confrontaciones en la vieja Europa entre ideologías muy contrarias y, frecuentemente, muy enfrentadas.
En EE.UU. los candidatos que llegan a esta especie de Super Bowl de la política son personas montadas en el dólar, normalmente millonarios en dólares, que llevan muchos años en la política, habitualmente en el Senado, y tienen potentes financiadores privados de costosísimas campañas electorales que se desarrollan de costa a costa durante más de un año.
Las diferencias ideológicas apenas existen y, en los grandes asuntos de estado, las coincidencias son plenas, absolutas ... ¿se han enfrentados por las causas o los mecanismos de solución de la crisis económica?, ¿hay diferencias en política exterior?, ¿y en política de defensa?, ¿alguno va a hacer universal y gratuita la seguridad social? ...
La elección se centrará en aspectos secundarios y en la imagen, y aquí las diferencias son tan acusadas ... que hay margen para posicionamientos claros de los electores: un señor mayor y un hombre joven; un negro y un blanco; un héroe de guerra (la de Vietnam) y alguien que seguramente ni le suena que fue aquello; uno con aspecto más conservador y otro un poco menos conservador ...
¿De verdad hay diferencias claves entre ellos, o sólo matices?.
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