La falsificación de pinturas rupestres en la cueva Zubialde, antecedente de la falsificación de Iruña-Veleia

Hace unos días les prometíamos un comentario sobre la estafa de las pinturas rupestres de la cueva de Zubialde, también en la provincia de Álava (como el affaire de "Iruña-Veleia"), pero se nos ha adelantado El Correo, con un articulo titulado "El estigma de Zubialde".

En resumidas cuentas: un "listo" espeleólogo y estudiante (pero de los malos) de Historia, descubrió una cueva en el Gorbea, y decidió pintarla como si fuera un hombre e las cavernas, anunciar el descubrimiento y vendérselo a la Diputación por 12.500.000 de Ptas. (corría el año 1991).

El alborozo fue máximo, la presentación con todos los honores, pero ... apenas 10 días después unos aguafiestas de la pérfida Albión dijeron que aquello era una burda falsificación ... el "serafín" (así se llama el falsificador), quizás un espeleólogo aceptable, pero un pésimo estudiante de Historia, había incurrido en "sonoros" anacronismos: los animales que pintó en la cueva habían desaparecido de la zona muchos miles de años antes y, por lo tanto, los supuestos pintores no podían pintar algo que les era totalmente ajeno y desconocido (¡entonces no existía internet, ni siquiera elementales manuales de zoología en edición impresa!, esto es cogna).

Ya les tenemos dicho, apreciados lectores, que, siendo un chaval el redactor de este post (y miembro del equipo de redacción de “bilbaíno de pro”) preguntó a sus mayores que qué era un anacronismo; la respuesta que recibió viene al pelo: “mira, hijo, cuando en una película de romanos veas a un centurión con un reloj de pulsera … eso es un anacronismo”.

Pero al anacronismo y a la incultura del estafador hubo que añadir la torpeza de este "Pepe Gotera u Otilio, los de las chapuzas a domicilio", ... en la falsificación utilizaron estropajos “scotch brite” y "vileda", que, obviamente, dejaron los correspondientes residuos, que no pasaron inadvertidos a los analistas e investigadores.

O sea que, entre el anuncio del descubrimiento de las pinturas en la cueva de Zubialde (13 de marzo de 1991) y el anuncio de los sorprendentes restos hallados en la excavación del yacimiento de Iruña-Veleia, hay múltiples paralelismos y coincidencias, demasiados como que quienes airearon con tan poco tino el segundo episodio, no tengan que dar cumplidas explicaciones a la opinión pública y quien sabe si no también ante los Tribunales de Justicia.

El pie de foto original dice: La cueva de Zubialde fue definida como "la otra capilla sixtina de la prehistoria".