El Concierto Económico vasco: un arma letal al servicio del PNV

Hasta ahora nunca en este blog hemos profundizado en la cuestión de la legitimidad del Concierto Económico vasco, y no por falta de ganas, sino de espacio.
Por lo que tenemos leído (perverso vicio, tan malo como la “funesta manía de pensar”) la recuperación del “concierto económico” para esta región fue una prioridad en las reivindicaciones NaZionalistas tras el fallecimiento del General Franco, algo que no dejaba de tener un punto de estupefacción, porque Franco no se había “cargado” el Concierto Económico de Álava … sí los de Vizcaya y Guipúzcoa, a las que había denominado “provincias traidoras”.
¿Fue el “concierto económico” un instrumento franquista para premiar a los vascos que le ayudaron a ganar la particular “guerra entre vascos” que fue la Guerra Civil Española? (los requetés alaveses, y navarros, arrrasaron a los gudaris vizcaínos y guipuzcoanos).
Poco importó a los nacionalistas esta materia: conseguir el "concierto" era conseguir la caja, coger la pasta, hacerse con mucho dinero y repartirlo poco. La derecha española en el País Vasco (que, como las meigas, haberla hayla, aunque se le veía poco, por razones obvias) estaba encantada con la recuperación del "concierto económico", porque suponía dar un salto hacia atrás en la historia salvando limpiamente las canallas “aportaciones” de Sabino Arana Goiri (nuestro precursor de aldea del Nazismo alemán), ¡serían, serán, cándidos los pobres!. Y los socialistas, que en aquellos momentos estaban muy despistados (recuerden la pancarta pro autodeterminación que portaba “Chiquy” Benegas), se subieron acríticamente al carro.
La pregunta es, sin embargo, otra, y tiene que ver con el sentido común en la hora de la reestructuración de la organización territorial de la nación española, que lamentablemente no se hizo con la objetividad precisa y sí, por el contrario, sometida a las presiones de los NaZionalismos emergentes en la época, ferozmente revanchistas, egoísta e insolidarios. Alguno contó además (los nuestrrrros) con la mención constante al llamado “primo de Zumosol” (si no me dais esto, ¡cuidadín! que detrás están los de las pistolas y bombas).
Las instituciones, las leyes, los boletines oficiales, incluso las hoces y martillos, no son buenos ni malos en sí mismos (podrían serlo), pero son poderosos instrumentos que, en manos de desalmados, déspotas, manipuladores y gobernantes sin respeto a las reglas de juego, ni al principio de legalidad, ni a la jerarquía normativa, ni a las normas de la lealtad institucional, pueden hacer muchísmo daño.

Poner y/o dejar en manos del PNV (véase estos días al Sr. Bilbao, de la Diputación de Vizcaya, haciendo de las suyas) el instrumento del Concierto Económico, es como ponerle a Bin Laden en medio de Manhattan con un AK-47.