Primer aniversario de las elecciones al parlamento de Vitoria del cambio

Si alguien personificó de manera rotunda el primer signo del cambio fue Arantza Quiroga, parlamentaria vasca del PP guipuzcoano que accedió a la Presidencia del Parlamento de Vitoria, que es el primer órgano que se constituye después de unas elecciones.

Con la Sra. Quiroga presidiendo la cámara regional vasca ... se ponía en marcha el pacto entre PSE y PP, y se daba fin a las tropelías cometidas por los NaCis en dicho órgano, desde el que Atucha, especialmente, había hecho auténticas salvajadas manipulando el reglamento del parlamento para favorecer a un gobierno sin legitimidad democrática (recuerden como Ivarreche fue lejendaccary, y sacó adelante sus proyectos-estrella, gracias al voto de etarras convictos y confesos, como Josu "Carnicero" Ternera).

Los resultados electorales de hoy hace un año (digan los del PNV las mentiras que digan) supusieron una desautorización de las políticas de Ivarreche, tanto en el conjunto de su decenio de lejendaccary, como sobre todo, en los últimos cuatro años, y Él (con mayúsculas porque se creyó como un jaungoicoa aldeano de pitiminí) arrastró en su caída a los otros dos socios del tripartito (EA e IU, cuyos líderes ni siquiera obtuvieron escaño).

Las elecciones de 1 de marzo de 2009 dejaron claro que la única mayoría posible era la del PSE-PP; y ambos partidos se aprestaron a llevarla a efecto, porque era un mandato de la sociedad vasca y una exigencia para la regeneración democrática en nuestra región.

Un año después las cosas van razonablemente bien en lo político (aunque en materia económica las estemos pasando canutas) y es de esperar que los tres próximos años sigan así, y a ser posible dos o tres legislaturas más.

Y el mejor regalo que hemos podido recibir los vascos en este primer aniversario del triunfo del cambio ha sido la detención de ayer en Francia de varios hijosdeputa de Eta ... entre ellos del asesino de Isaías Carrasco y de Ignacio Uría.

Pie de foto: Arantza Quiroga (c.) y Francisco Javier "Pachi" López Álvarez (d.), ambos con media sonrisa, y Juanjete Ivarreche (i.) desencajado y encorvado, en la Casa de Juntas de Guernica (Vizcaya), antes del juramento (laico, of course) de Pachi de su cargo de presidente regional autonómico vasco.