D. Mariano Rajoy, que será investido Presidente del Gobierno de la Nación antes de un mes (¡ya se sabe!, ¡la cosa de la mayoría absoluta!), tiene a gala ser un tipo previsible, cosa que es muy de agradecer en casi todos los órdenes de la vida, pero especialmente en quien tiene en su mano el poder para tomar importantísimas decisiones, de esas que afectan a la vida de todos los ciudadanos; y lo bueno es que, en esta ocasión, el porvenir de D. Mariano ha sido un acto consciente de los españoles de una previsibilidad de manual; esperemos que de la conjunción planetaria (petit hommage a mademoiselle Pajín, c'est fini!) de estas dos previsibilidades se derive algo bueno para España. ¡Que así sea!.
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