El PNV se enfrenta a las elecciones sin ideas nuevas ni proyecto posible

La indefinición del PNV, que siempre ha tenido discursos complementarios, alternativos, distintos o/e incompatibles, según el lugar y la circunstancia en que se vea obligado a posicionarse, en estos últimos tiempos (digamos que desde las elecciones municipales de mayo pasado) alcanza niveles esperpénticos y esquizofrénicos.

Sabe que a radicalismo no puede competir con Eta-Batasuna-"amaiur", aunque lo intenta; sabe que el lenguaje "centrado" ya no es creíble, porque se lo cargó el "plan ivarreche" en sus variadas y sucesivas formulaciones; sabe que no va a poder pitorrearse ni chantajear al próximo Gobierno de España, como lo hizo con el de ZP; sabe que su pérdida de poder es clamorosa: ha perdido la alcaldía de docenas de ciudades y pueblos, así como las diputaciones forales de Álava y Guipúzcoa; había perdido ya el gobierno regional de Vitoria ... y ahora puede quedarse sin grupos parlamentarios en Congreso de los Diputados y Senado.

El panorama para el PNV es desolador, y no sabe como salir adelante, da palos de ciego a diestra y siniestra, así lo demostraba ayer su candidato por Vizcaya del próximo domingo (en la imagen el titular de la portada impresa de El Correo); ¡ah! y además nos toma por tontos, como si no supiéramos que es una "contradictio in terminis" plantear como posible "otro estatus ... sin dejar de pisar el suelo", ¡joér!, o lo uno, o lo otro, imposible las dos cosas al mismo tiempo.