Los epígonos, valedores, “aprovechateguis”, amigos y demás ralea de la puta Eta, como la propia puta banda criminal nacionalista vasca, tienen sus estrategias, sus ritmos, sus intereses, sus conveniencias y también sus deseos y sus sueños; y los demás tenemos, concedámonos, el mismo derecho, aunque quizás sean más, a hacer nuestros propios análisis y a definir una estrategia frente a los derrotados que, además, deberán ser deslegitimados y expulsados de cualquier foro político, sobre todo de los foros en los que los criminales pretendan estar en pie de igualdad con sus víctimas, por un lado, y con los legítimos representantes democráticos de la sociedad, por otro.
Así que nos parece magnífico que el Presidente del Gobierno “in pectore” excluya a la enésima sigla del entramado de Eta-Batasuna de su inmediata ronda de contactos con las formaciones políticas democráticas ("Rajoy excluye a Amaiur de su ronda de contactos con los partidos"). Es una buena piedra de toque de lo que le espera a la puta banda criminal.
“Pero, D. Ferchu, y si los terroristas se mosquean, ¿no volverán a asesinar?”.
Así que nos parece magnífico que el Presidente del Gobierno “in pectore” excluya a la enésima sigla del entramado de Eta-Batasuna de su inmediata ronda de contactos con las formaciones políticas democráticas ("Rajoy excluye a Amaiur de su ronda de contactos con los partidos"). Es una buena piedra de toque de lo que le espera a la puta banda criminal.
“Pero, D. Ferchu, y si los terroristas se mosquean, ¿no volverán a asesinar?”.
¡Quia!, amable lector, nos parece imposible que los criminales nacionalistas vascos, con el éxito electoral del 22-M (municipales) y del 20-N (generales), y las elecciones autonómicas a meses vista, vuelvan al pistoletazo en la nuca y al coche bomba. Se creen ante una oportunidad histórica, que unida a su propia debilidad y derrota, haciendo de la necesidad virtud, no pueden desaprovechar: o tragan, o de la derrota a la humillación total.
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