Entre el "no subiré los impuestos" y la implantación del "recargo temporal de solidaridad", por un lado, y aquel que dijo aquello de "prefiero a alguien que cumpla con sus compromisos y obligaciones en lugar de cumplir sus promesas electorales", por otro, el debate está servido.
De hecho ZP prefirió lo segundo a lo primero, y así nos ha ido.
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