Pero
es que el Toro de la Vega no es, por desgracia, el único caso en que se
maltrata a todo tipo de animales con ocasión de fiestas locales en muchos
rincones de España, y la excusa es siempre la misma: “se trata de una
tradición”, “se ha hecho siempre”.
Otro
lamentable espectáculo similar es el del llamado “Toro Júbilo de Medinaceli”
(Soria), en este caso se trata de un “toro de fuego”, es decir, que se le
adosan antorchas a las astas, se prenden fuego y el animal asustado y estresado
por la situación embiste contra todo y contra todos … pero, lamentablemente,
espectáculos de “toros de fuego” existen muchos en España.
Otros
bárbaros han lanzado (¿lo hacen aún?) cabras desde campanarios, en algún caso
se lanza una pava y otros animales diversos.
Sigue
habiendo peleas organizadas de perros o de gallos, que son negocios con fuertes
apuestas en los que se mueve mucho dinero.
Algunas de estas bárbaras tradiciones se van modulando con el tiempo, como
es el caso de la fiesta de los gansos en Lequeitio (consiste, en esencia, en
agarrar por el cuello a un ganso, colgarse de él, e intentar arrancarle la
cabeza); tradicionalmente los gansos estaban vivos, después se ha logrado
sustituirlos por reproducciones en plástico o por gansos muertos, sacrificados
previamente, que algo es algo.
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